2. Luego Booz convocó a diez de los ancianos líderes del pueblo y les dijo: —Siéntense. Entonces ellos se sentaron.
3. Booz le dijo al otro pariente: —Noemí, la mujer que acaba de llegar de Moab, está vendiendo la tierra que perteneció a nuestro pariente Elimélec.
4. Decidí informarte de eso delante de estos líderes ancianos del pueblo para ver si deseas comprar esa tierra. Tú eres el pariente más cercano y tienes ese derecho. Si tú quieres redimirla, entonces redímela. Si no, dímelo, pues yo soy el siguiente pariente más cercano. Entonces el otro pariente, el más cercano, dijo: —Yo la redimiré.
5. Entonces Booz le dijo: —Cuando le compres la tierra a Noemí, comprarás también a Rut, la mujer moabita, para restaurar el nombre del difunto en su herencia.
6. Al oír esto, el pariente respondió: —Yo no puedo redimirla, pues arruinaría mi propia herencia. Así que como yo no puedo redimirla puedes redimirla tú para ti mismo.
7. En aquellos días en Israel se acostumbraba quitarse un zapato y entregarlo a la otra persona a manera de factura por el intercambio de bienes o por redimir la tierra.
8. Entonces cuando el pariente le dijo a Booz: «Puedes redimirla tú para ti mismo», se quitó un zapato y se lo dio a Booz.