14. Moisés estaba muy enojado con los oficiales del ejército, los comandantes de mil hombres y los comandantes de cien hombres que volvían de la guerra.
15. Moisés les dijo: —¿Por qué dejaron vivas a todas las mujeres?
16. Ellas fueron precisamente las que siguieron el consejo de Balán que hizo que los israelitas pecaran contra el SEÑOR en Peor, y por eso cayó una terrible plaga sobre la comunidad del SEÑOR.
17. Así que ahora, maten a todos los niños varones y a todas las mujeres que no sean vírgenes,
18. pero dejen vivir a todas las muchachas vírgenes y tómenlas para ustedes.
19. Todo el que haya matado a alguien o haya tocado un cadáver quédese fuera del campamento por siete días. Ustedes y los prisioneros deben purificarse al tercer y séptimo día,
20. y deben purificar toda la ropa y todo artículo de cuero, pelo de cabra y madera.
21. Luego, el sacerdote Eleazar les dijo a los soldados que habían ido a la guerra: —Esta es una ley que el SEÑOR le dio a Moisés:
22. Los objetos de oro, plata, bronce, hierro, estaño y plomo,
23. y todo lo que resista el fuego, deben ponerlo al fuego para purificarlo, y luego deben lavarlos con el agua de purificación. En cuanto a lo que no resista el fuego, debe purificarse con el agua de purificación.
24. Al séptimo día deben lavar su ropa y quedarán puros. Después de esto podrán entrar al campamento.
25. El SEÑOR le dijo a Moisés:
26. «Tú, el sacerdote Eleazar y los jefes de familia de la comunidad, hagan una lista de todo lo que capturaron en batalla, tanto de seres humanos como de animales.