8. Balán les dijo: —Quédense aquí esta noche y yo les contestaré lo que el SEÑOR me diga. Entonces los jefes de Moab permanecieron con Balán.
9. Dios vino a Balán en un sueño y le preguntó: —¿Quiénes son esos hombres que se alojan contigo?
10. Balán le contestó: —Balac hijo de Zipor, rey de Moab, los envió con este mensaje:
11. “Mira, un pueblo que salió de Egipto se ha extendido por todo el país. Ven y maldice a esta gente por mí. Tal vez yo sea capaz de atacarlos y los obligue a salir de la tierra”.
12. Entonces Dios le dijo a Balán: —No vayas con ellos ni digas ninguna maldición contra los israelitas porque es un pueblo bendito.
13. Balán se levantó por la mañana y les dijo a los jefes de Balac: —Vuelvan a su tierra porque el SEÑOR no me permite ir con ustedes.
14. Los jefes de Moab se levantaron y volvieron a Balac y le dijeron: —Balán no quiso venir con nosotros.
15. Balac envió a otros jefes, en mayor número y más importantes que el primer grupo,
16. que fueron a Balán y le dijeron: —Esto es lo que Balac hijo de Zipor dice: “No dejes que nada te impida venir aquí.
17. Yo te recompensaré muy bien y haré todo lo que me pidas, pero te ruego que vengas a maldecir por mí a ese pueblo”.
18. Entonces Balán les respondió: —Aunque Balac me diera su casa llena de oro y plata no podría hacer nada, grande ni pequeño, que fuera en contra del mandato del SEÑOR mi Dios.
19. Entonces, por favor quédense aquí esta noche como hicieron los otros y déjenme averiguar que más podría decirme el SEÑOR.
20. Esa noche Dios se le presentó a Balán en un sueño y le dijo: «Ya que estos hombres han venido por ti, levántate y acompáñalos, pero harás sólo lo que yo te ordene».