20. Una o dos veces los comerciantes y vendedores de toda clase de artículos tuvieron que pasar la noche fuera de Jerusalén.
21. Yo les advertí que si volvían a permanecer durante la noche frente a la muralla serían arrestados. De ahí en adelante no volvieron a vender su mercancía el día de descanso.
22. Luego les dije a los levitas que debían purificarse e ir a vigilar las entradas para mantener el día de descanso como un día sagrado. Dios mío, recuérdame por esto, se bueno conmigo y muéstrame la grandeza de tu fiel amor.
23. En esos días también me di cuenta que algunos judíos se habían casado con mujeres de Asdod, Amón y Moab.