7. De nada les sirve que me adoren porque todo lo que enseñan son normas de hombres”.
8. Ustedes han olvidado los mandamientos de Dios. Sólo cumplen tradiciones humanas.
9. También les dijo: —¡Vaya manera la de ustedes de convencer a la gente para que siga la tradición de ustedes en vez de seguir el mandamiento de Dios!
10. Moisés dijo: “Respeta a tu papá y a tu mamá” y “El que insulte al papá o a la mamá debe morir”.
11. Pero ustedes enseñan que alguien puede decirle al papá o a la mamá: “Tengo algo que te podría ayudar, pero lo voy a entregar como Corbán (que significa ‘mi ofrenda a Dios’)”.
12. Eso significa que ustedes permiten que alguien deje de ayudar al papá o a la mamá.
13. Así con la tradición que se trasmiten unos a otros, ustedes anulan la palabra de Dios. Y hacen muchas otras cosas como estas.
14. Jesús llamó a la multitud otra vez y le dijo: —Escúchenme todos y entiendan.
15. Ningún alimento que entre en el cuerpo lo vuelve impuro a uno. Es lo que sale del interior lo que lo vuelve impuro a uno.
17. Cuando dejó la multitud y entró a la casa, sus seguidores le preguntaron el significado de la historia.
18. Jesús les dijo: —¿Es que ustedes tampoco entienden? ¿No se dan cuenta de que lo que alguien come no lo puede volver impuro?
19. Porque lo que coma una persona no afecta su manera de pensar, sino que va a su estómago y luego sale a la letrina. Con estas palabras Jesús daba a entender que ningún alimento está prohibido.
20. Después les dijo: —Lo que sale del interior de la gente es lo que vuelve impuro a alguien.
21. Porque del interior de la gente, o sea de la mente, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato,
22. el adulterio, la codicia, la maldad, el engaño, el desenfreno, la envidia, los insultos, la arrogancia y la necedad.
23. Toda esa maldad proviene del interior y es lo que hace impura a la gente.