30. Pero los fariseos y los expertos de la ley rechazaron el plan de Dios para ellos, y no permitieron que Juan los bautizara.
31. «¿Con quién puedo comparar a la gente de esta generación? ¿Cómo son ellos?
32. Son como muchachos sentados en la plaza que se gritan unos a otros: “¡Nosotros tocamos la flauta, pero ustedes no bailaron. Cantamos una canción triste, pero ustedes no lloraron!”