11. Ellos trajeron sus botes a la orilla, dejaron todo y siguieron a Jesús.
12. Un día, Jesús estaba en un pueblo donde había un hombre con lepra en todo el cuerpo. Cuando vio a Jesús, se postró rostro en tierra delante de él y le rogó: —Señor, si quieres, puedes quitarme esta enfermedad.
13. Entonces Jesús extendió la mano, lo tocó y dijo: —Sí quiero. ¡Sana ya! En ese mismo instante la lepra desapareció.
14. Jesús le ordenó: —No se lo cuentes a nadie. Ve y preséntate ante el sacerdote y da la ofrenda por haber sido sanado, como lo ordenó Moisés. Esto servirá para que la gente compruebe que has sido sanado.
15. Sin embargo, estas noticias se extendían cada vez más. Se le acercaban multitudes para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades.