36. En esa vida, la gente será como ángeles y no morirá. Ellos serán hijos de Dios porque habrán sido resucitados.
37. Pero que la gente es resucitada de la muerte lo demostró Moisés mismo en la historia sobre el arbusto ardiente, pues ahí él llama al Señor “El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”.
38. Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Dios todos están vivos.
39. Algunos de los maestros de la ley dijeron: —Maestro, ¡qué buena respuesta!
40. Nadie más se atrevió a hacerle otra pregunta.
41. Entonces Jesús les preguntó: —¿Por qué dicen que el Mesías es el Hijo de David?
42. En el libro de los Salmos, el mismo David dice: “El Señor Dios le dijo a mi Señor: Siéntate a mi derecha,
43. y yo pondré a tus enemigos bajo tu poder”.
44. Entonces si David llama al Mesías “Señor”, ¿cómo puede él ser su hijo?
45. Mientras toda la gente escuchaba a Jesús, él les dijo a sus seguidores: