5. »Entonces llamó a cada uno de los que le debían dinero a su patrón, y le dijo al primero: “¿Cuánto le debes a mi patrón?”
6. Él le respondió: “Cien barriles de aceite”. Entonces el administrador le dijo: “Toma la cuenta, apúrate, siéntate y escribe una cantidad menor. Escribe cincuenta”.
7. Entonces fue y le dijo al segundo: “Y tú, ¿cuánto le debes a mi patrón?” Él respondió: “cien bultos de trigo”. El administrador le dijo: “Toma tu cuenta, puedes hacerla por menos. Escribe ochenta”.
8. »Más tarde, el patrón elogió al administrador deshonesto porque lo que había hecho era muy astuto. Sí, cuando se trata de negocios con sus semejantes, la gente mundana es más astuta que la gente espiritual.
9. Les digo que usen las riquezas mundanas de una manera que les ayude a ganar la amistad de Dios, para que cuando las riquezas se acaben, sean bienvenidos en la casa eterna.
10. »Si alguien es de fiar en lo poco, será de fiar en lo mucho; si es deshonesto en lo poco, será deshonesto en lo mucho.