15. El Señor le respondió: —¡Hipócritas! ¿Acaso no desatan todos ustedes a su buey o a su burro en día de descanso para llevarlo a tomar agua?
16. Esta mujer también es descendiente de Abraham, y por dieciocho años Satanás la ha atado a esta condición. ¿No se le debía desatar de esta atadura en día de descanso?
17. Cuando dijo esto, todos los que estaban en su contra se avergonzaron, pero los demás se alegraron mucho por las cosas maravillosas que hacía.
18. Jesús dijo: «¿Cómo es el reino de Dios? ¿Con qué lo puedo comparar?
19. Es como una semilla de mostaza que un hombre sembró en su campo. La semilla creció y se convirtió en un gran árbol, y las aves construyeron nidos en sus ramas».
20. Dijo otra vez: «¿Con qué puedo comparar el reino de Dios?
21. Es como la levadura que una mujer mezcla con mucha harina. Al final, toda la masa queda fermentada».
22. Jesús iba por los pueblos y aldeas enseñando mientras se dirigía a Jerusalén.
23. Alguien le dijo: —¿Señor, son pocos los que se salvarán? Él respondió:
24. —Esfuércense por entrar por la puerta angosta, pues les aseguro que mucha gente tratará de entrar pero no podrá.
25. Supongan que el dueño de una casa ya ha cerrado la puerta, y ustedes se quedan afuera llamando, y entonces dicen: “Señor, ¡ábrenos la puerta!” pero él les responde: “No sé de dónde son ustedes”.
26. Entonces ustedes dicen: “Nosotros comimos y bebimos contigo y tú enseñaste en nuestras calles”.
27. Él les dice, “No sé de dónde son ustedes. Apártense de mí, porque ustedes se dedicaron a hacer el mal”.
28. »Habrá llanto y crujir de dientes cuando vean a Abraham, Isaac, Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero ustedes sean echados fuera.
29. Vendrá gente del oriente y del occidente, del norte y del sur, y ocuparán su lugar en la mesa en el reino de Dios.