12. Por eso les digo a los israelitas: Ninguno de ustedes ni ningún inmigrante que viva entre ustedes debe comer sangre.
13. »Cuando un israelita o un inmigrante que viva entre ustedes cace un animal o ave que se pueda comer, deberá derramar su sangre y cubrirla con tierra.
14. Porque la vida de todo ser vivo está en la sangre y por eso yo les ordeno a los israelitas: Ustedes no comerán la sangre de ningún ser viviente, el que lo haga será separado de la comunidad.
15. »Toda persona del país o todo inmigrante que coma de un animal que ha muerto en forma natural o que ha sido matado por otro animal, tendrá que lavar su ropa, bañarse con agua y quedará impuro hasta el anochecer; después de eso la persona quedará pura.
16. Si no lava su ropa y no se baña con agua, sufrirá el castigo por su pecado».