4. El muchacho les contó lo que Micaías había hecho por él y les dijo: —Micaías me contrató y me convertí en su sacerdote.
5. Los hombres le dijeron al muchacho: —Te rogamos que le preguntes a Dios si nuestro viaje va a ser exitoso.
6. El muchacho dijo: —Sí, vayan en paz, el SEÑOR los acompañará en este viaje.
7. Los hombres siguieron su viaje y llegaron hasta Lais. Allí vieron que la gente vivía tranquilamente. El pueblo estaba gobernado por los de Sidón. Todo estaba calmado y en paz. No tenían enemigos que los molestaran y no les faltaba nada. Vivían lejos de los sidonios y no tenían trato con nadie.