3. Pero el ángel del SEÑOR se le apareció a la esposa de Manoa y le dijo: «Hasta ahora tú no has podido tener hijos, pero vas a quedar embarazada y vas a tener un hijo.
4. Sin embargo, debes ser cuidadosa, no tomes vino ni cerveza ni tampoco comas ningún alimento impuro.
5. Pues vas a tener un hijo y nunca le debes cortar el cabello porque será consagrado a Dios como nazareo antes de nacer. Tu hijo va a liberar al pueblo de Israel del poder de los filisteos».
6. Entonces la mujer se acercó a su esposo y le dijo: «Vino un hombre de Dios. Era muy impresionante, parecía como un ángel de Dios. Yo no le pregunté de dónde era y él tampoco me dijo su nombre.
7. Lo único que me dijo fue que quedaría embarazada y que iba a tener un hijo. Me dijo que no debo tomar vino ni cerveza ni tampoco comer alimentos impuros porque mi hijo será un nazareo dedicado a Dios desde antes de nacer hasta el día en que muera».
8. Entonces Manoa hizo una oración al SEÑOR y dijo: «Te ruego Señor que traigas de nuevo a ese hombre de Dios. Haz que él nos enseñe lo que debemos hacer por ese niño que pronto va a nacer».
9. Dios escuchó la oración de Manoa. El ángel del SEÑOR volvió a aparecerse a la mujer cuando ella estaba sentada en el campo, pero Manoa no estaba con su esposa.
10. Entonces la mujer salió corriendo a avisar a su esposo y dijo: —¡Mira! El hombre que vino la otra vez se ha vuelto a aparecer.