12. Ellos le preguntaron: —¿Quién fue el que te dijo: “Recoge tu camilla y camina”?
13. Pero el hombre que fue sanado no sabía quién era, porque Jesús había desaparecido entre la multitud.
14. Después, Jesús lo encontró en el área del templo y le dijo: —Mira, estás sano. Así que no peques más o te pasará algo peor.
15. El hombre fue y les contó a esos judíos que Jesús lo había sanado.
16. Por eso ellos comenzaron a perseguir a Jesús, por hacer esto en día de descanso.
17. Pero Jesús les contestaba: —Mi Padre nunca deja de trabajar, así que yo también trabajo.
18. Por esto, los judíos trataban con más ganas de matarlo. No les caía bien porque no cumplía con las reglas del día de descanso. Mucho menos les gustaba que Jesús llamara a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios.
19. Jesús les dijo: «Les digo la verdad: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta. Sólo hace lo que ve hacer al Padre. El Hijo hace lo mismo que hace el Padre.
20. El Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; incluso, le mostrará hechos más grandes que estos y ustedes quedarán asombrados.
21. El Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere dársela.
22. El Padre no juzga a nadie, sino deja que su Hijo juzgue.
23. Decidió eso para que la gente respete al Hijo como respeta al Padre. El que no respeta al Hijo no respeta al Padre. Fue el Padre quien envió al Hijo.
24. »Les digo la verdad: si alguien oye mis palabras y cree en el que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, porque ya ha pasado de la muerte a la vida.
25. »Les digo la verdad: se acerca un momento importante, y en efecto ya ha llegado, cuando los que están muertos oirán la voz del Hijo de Dios. Todos los que acepten lo que él dice, vivirán.