22. Después de que él fue resucitado de la muerte, sus seguidores recordaron lo que había dicho. Entonces creyeron en las Escrituras y en lo que Jesús dijo.
23. Mientras Jesús estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, mucha gente creyó en él porque vio las señales milagrosas que hizo.
24. Pero Jesús no confiaba en ellos porque sabía lo que estaban pensando.
25. Él no necesitaba que nadie le dijera cómo era la gente porque sabía de antemano lo que todos pensaban.