14. Hay muchos pueblos en el valle de la decisión, porque se acerca el día del juicio del SEÑOR.
15. El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas perderán su resplandor.
16. Y el SEÑOR rugirá desde Sion; desde Jerusalén gritará con su voz de trueno y los cielos y la tierra temblarán. Pero el SEÑOR será un refugio para su pueblo y una fortaleza para los hijos de Israel.
17. «Y ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios, que vivo en Sion, mi monte santo. Jerusalén será una ciudad santa, y los extranjeros nunca más la invadirán.
18. »Ese día, las montañas destilarán vino dulce, y de los cerros fluirá leche. El agua correrá en todas las quebradas y arroyos de Judá. Una fuente saldrá del templo del SEÑOR, que regará el valle de las Acacias.
19. Egipto se convertirá en un baldío y Edom en un desierto desolado porque fueron crueles con los hijos de Judá y en su territorio derramaron sangre inocente.
20. Jerusalén y Judá serán habitadas para siempre, de generación en generación.
21. No perdonaré a quienes derramaron la sangre de mi pueblo; no quedarán sin castigo». Y el SEÑOR habitará en Sion para siempre.