7. Hasta la cigüeña en el cielo conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla saben cuándo es hora de emigrar. Pero mi pueblo no presta atención a la ley del SEÑOR.
8. »¿Cómo es que ustedes dicen: “Tenemos las enseñanzas del SEÑOR así que somos sabios”? Pero en verdad los escribas mentirosos han distorsionado su significado.
9. Pero esos sabios quedarán en ridículo, acobardados y atrapados. Ellos han rechazado las enseñanzas del SEÑOR, entonces, ¿qué sabiduría es esa?
10. Por eso, les daré sus esposas a otros hombres, y sus tierras a otros dueños. Porque desde el más chico hasta el más grande andan viendo a ver qué se roban. Los profetas y los sacerdotes son todos unos estafadores.