7. En manos del SEÑOR, Babilonia era una copa de oro que emborrachaba a todo el mundo. Las naciones se enloquecieron porque bebieron de su vino.
8. Pero Babilonia caerá de repente y quedará hecha pedazos. Lloren por ella. Traigan bálsamo para su dolor, tal vez se cure.
9. »“Intentamos curarla, pero no ha sanado. Abandonémosla y vuelva cada uno a su tierra porque su castigo ha llegado hasta los cielos, se elevó hasta las nubes”.
10. El SEÑOR nos ha hecho justicia. Vamos y contemos en Sion lo que ha hecho el SEÑOR nuestro Dios.