27. ¿No te burlabas de Israel como si lo hubieran sorprendido entre ladrones? Pues cada vez que hablabas de él, lo hacías con desprecio.
28. Habitantes de Moab, abandonen las ciudades, y vayan a habitar en las rocas, como palomas que anidan al borde de los barrancos.
29. Hemos oído del orgullo de Moab, su arrogancia, insolencia y altivez.
30. Yo conozco su soberbia, dice el SEÑOR, pero eso no le sirve, no sacará nada con sus arrogancias.
31. Por eso gimo por Moab, lloro por todos sus habitantes, y derramo lágrimas por el pueblo de Quir Jeres.
32. Lloro por ti, viña de Sibma, más que por Jazer. Tus ramas iban más allá del mar y llegaban hasta Jazer. Pero el destructor caerá sobre tu cosecha de higos y sobre tu cosecha de uvas.
33. Se quitó la alegría y el regocijo de los fértiles campos de Moab. He hecho que deje de fluir el vino de tus piletas; no hay ya quien pise las uvas en medio de gritos de alegría; si hay gritos, no son de regocijo.
34. »El grito de angustia de Hesbón llega hasta Elalé y Yahaza. Se grita desde Zoar hasta Joronayin y Eglat Selisiyá, porque hasta las aguas de Nimrín se han secado.