14. Dejaré que ustedes me encuentren, dice el SEÑOR. Les devolveré lo que les quitaron y los traeré de regreso de todos los lugares a los que los arrojé, dice el SEÑOR. Los traeré de regreso al lugar de donde los desterré».
15. Ustedes han dicho: «El SEÑOR nos ha dado profetas en Babilonia»,
16. pero esto es lo que el SEÑOR dice acerca del rey que está sentado en el trono de David y de todo el pueblo que todavía vive en esta ciudad, o sea acerca de sus hermanos que no fueron con ustedes al destierro:
17. Esto dice el SEÑOR Todopoderoso: «Voy a enviarles guerra, hambre y enfermedad. Los volveré como esos higos podridos que de tan malos no se pueden comer.
18. Los perseguiré con guerra, hambre y enfermedad. Haré que todas las naciones del mundo se horroricen al verlos a ustedes. Los convertiré en maldición, horror, algo despreciable y reprochable en todas las naciones a donde los arroje.
19. Esto sucederá porque ustedes no han hecho caso a mis palabras, dice el SEÑOR, que repetidamente les envié por medio de mis siervos los profetas, dice el SEÑOR.
20. Así que ustedes, los exiliados que hice deportar de Jerusalén a Babilonia, obedezcan lo que dice el mensaje del SEÑOR».
21. Esto es lo que dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colaías, y de Sedequías hijo de Maseías, quienes en mi nombre les profetizan mentiras a ustedes: «Voy a entregarlos a Nabucodonosor, rey de Babilonia. Él los matará frente a ustedes.
22. Serán usados como ejemplo de maldición para todos los desterrados de Judá que están en Babilonia, quienes dirán: “Que el SEÑOR te haga lo mismo que a Sedequías y a Acab, a quienes el rey de Babilonia asó en el fuego”.
23. Eso les va a suceder por haber actuado en forma insensata en Israel: cometieron adulterio con la mujer de otro; y en mi nombre dijeron mentiras, algo que yo jamás les ordené. Yo sé todo eso y soy testigo de ello, dice el SEÑOR».
24. Y le dirás a Semaías el nejelamita:
25. «Esto dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: “Tú has enviado cartas en tu nombre a todo el pueblo de Jerusalén y al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, y a todos los demás sacerdotes, diciendo:
26. ‘El SEÑOR te ha hecho sacerdote en lugar del sacerdote Joyadá para que haya vigilantes en el templo del SEÑOR. A todo aquel que actúe como loco y hable como un profeta, tú debes meterlo en el calabozo y atarlo con cadenas.
27. ¿Por qué no has reprendido a Jeremías de Anatot, quien está hablándoles a ustedes como un profeta?
28. Es que él nos ha enviado un mensaje a Babilonia diciendo: Ustedes vivirán allí por mucho tiempo. Construyan casas y vivan en ellas; planten huertos y coman lo que ellos producen’”».
29. Entonces el sacerdote Sofonías le leyó esta carta al profeta Jeremías.
30. Entonces vino mensaje del SEÑOR a Jeremías diciendo: