Jeremías 17:4-18 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

4. Por culpa tuya, perderás lo que te di como herencia. Te convertiré en esclava de tus enemigos en un país que ni conoces, porque has hecho encender mi ira como un fuego que arderá para siempre».

5. Esto dice el SEÑOR: «Maldito el ser humano que confía en su semejante; el que se apoya en otros seres humanos mientras se aparta del SEÑOR.

6. Será como un arbusto en el desierto que no experimentará la llegada del bien, pues está plantado en la sequedad del desierto; tierra árida, donde no vive nadie.

7. »Bendito el ser humano que confía en el SEÑOR. El SEÑOR será su confianza.

8. Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente y no teme cuando llega el calor. No se preocupa en época de sequía y nunca deja de dar fruto.

9. »No hay nada más engañoso que el corazón; no tiene remedio. ¿Quién lo entiende?

10. Yo, el SEÑOR, que examino los pensamientos y escudriño las intenciones del corazón; para darle su merecido a cada uno, la cosecha de las acciones que sembró».

11. El que acumula riquezas en forma deshonesta es como perdiz que empolla huevos ajenos. En la mitad de su vida lo abandonarán, y al final quedará como un tonto».

12. Desde el principio, nuestro templo ha sido un trono glorioso.

13. El SEÑOR es la esperanza de Israel. Todo el que te abandone será avergonzado. Los que se apartan de ti quedarán inscritos en el polvo porque abandonaron al SEÑOR, manantial de agua fresca.

14. SEÑOR, sáname y quedaré sanado; sálvame y seré salvo, porque tú eres a quien yo quiero alabar.

15. El pueblo de Judá dice: «¿Dónde quedó la palabra del SEÑOR? ¡Que se cumpla ya!»

16. Sin embargo, yo nunca he dejado de ser un pastor a tu servicio, ni he deseado que llegue el día del desastre. Tú conoces todas mis palabras, pues las dije en tu presencia.

17. No te vuelvas un motivo de terror para mí, pues tú eres mi refugio en tiempos de desgracia.

18. Avergüenza a todos los que me persiguen, pero no me avergüences a mí. Haz que se atemoricen ellos, no yo. Trae sobre ellos la desgracia y quebrántalos en gran manera.

Jeremías 17