17. Te traeré oro en vez de bronce, plata en vez de hierro, bronce en vez de madera y hierro en vez de piedras. Nombraré como tu supervisor a la paz y como gobernante a la justicia salvadora.
18. Ya no se oirá más de violencia en tu tierra, ni de ruina y destrucción en tus fronteras. Llamarás a tus murallas “Salvación”, y a tus puertas, “Alabanza”.
19. El sol no te alumbrará más de día ni el brillo de la luna de noche. Porque el SEÑOR será luz eterna para ti y tu Dios será tu gloria.
20. Tu sol no se ocultará más y la luna no disminuirá su brillantez. Porque el SEÑOR será tu luz eterna y tus días de luto terminarán.
21. Todo tu pueblo será honesto y poseerán para siempre la tierra. Ellos son la planta que yo planté, el trabajo de mis manos que muestra mi grandeza.