Isaías 28:8-21 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

8. Todas las mesas están cubiertas de vómito y no hay un solo sitio que esté limpio.

9. «¿A quién le impartirá conocimiento? ¿A quién le hará entender el mensaje? ¿A los bebés que dejaron de lactar, a los que acaban de dejar el pecho?

10. Les dice: «La eme con la a: ma; la eme con la i: mi; mi mamá me mima».

11. De verdad que Dios le hablará con lenguaje enredado y con idioma extranjero a este pueblo.

12. Él les había dicho: «Este es sitio de descanso, que repose el cansado», pero no quisieron escucharlo.

13. Ahora el SEÑOR les dirá: «La eme con la a: ma; la eme con la i: mi; mi mamá me mima». Así se irán y caerán de espaldas, se herirán, caerán en la trampa y serán capturados.

14. Por eso es mejor que oigan el mensaje del SEÑOR, ustedes, los arrogantes que en Jerusalén gobiernan a este pueblo.

15. Ustedes afirman: «Hemos hecho un pacto con la muerte y un convenio con el lugar de los muertos para que cuando venga el terrible castigo, no nos afecte. Conseguimos refugio a base de mentiras, y escondedero mediante el engaño».

16. Por eso el Señor DIOS dice esto: «Miren, colocaré una piedra de fundamento en Sion; piedra probada, principal, valiosa, un cimiento firme. El que confíe no se inquietará.

17. Yo haré que la justicia sirva de nivel y la honestidad de plomada. El granizo arrasará con el refugio conseguido a base de mentiras, y el agua inundará el escondedero.

18. Su pacto con la muerte será anulado y su convenio con el lugar de los muertos no tendrá validez. Cuando venga el terrible castigo, los aplastará a ustedes.

19. Cada vez que llegue el castigo, ustedes lo sufrirán. Llegará mañana tras mañana, día y noche». Al comprender este mensaje serán presa del terror.

20. Pues la cama es demasiado corta como para estirarse, y la cobija muy pequeña para poder taparse.

21. Porque el SEÑOR se levantará como en el monte Perasín, y se enojará como en el valle de Gabaón. Él hará su trabajo, su misteriosa labor. Realizará su tarea, algo muy extraño.

Isaías 28