3. Cuando el paralítico vio a Pedro y a Juan a punto de entrar, les pidió limosna.
4. Pedro y Juan lo miraron a los ojos, y Pedro le dijo: —Míranos.
5. Entonces el hombre los miró atentamente, esperando recibir algo de ellos.
6. Pero Pedro le dijo: —No tengo oro ni plata, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
7. Entonces Pedro lo tomó de la mano derecha y lo levantó. De inmediato, las piernas y los pies del hombre se fortalecieron.
8. El hombre saltó, se puso de pie y comenzó a caminar. Entró al área del templo con ellos, caminando, saltando y alabando a Dios.
9. Cuando todos lo vieron caminando y alabando a Dios,
10. lo reconocieron como el mismo hombre que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo llamada La Hermosa. Quedaron sorprendidos y asombrados por lo que le había pasado.
11. En el Pórtico de Salomón, el hombre que había sido sanado no soltaba a Pedro y a Juan. Toda la gente, sin salir de su asombro, corrió hacia donde estaban ellos.
12. Cuando Pedro vio lo que estaba pasando les dijo: «Israelitas, ¿por qué les sorprende esto? Nos están mirando como si nuestro propio poder o devoción fuera lo que hizo caminar a este hombre.
13. ¡Dios lo hizo! El Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob y de todos nuestros antepasados le dio honra a Jesús, su siervo; sin embargo, ustedes entregaron a Jesús para que lo mataran. Lo rechazaron ante Pilato, quien había decidido dejarlo en libertad.