13. De allí navegamos hasta Regio y al día siguiente llegó un viento del sur y pudimos salir. Un día más tarde llegamos a Puteoli.
14. Encontramos allí a algunos hermanos, quienes nos pidieron que nos quedáramos una semana, y finalmente llegamos a Roma.
15. Los hermanos de Roma supieron que estábamos allí y fueron a encontrarnos al Foro de Apio y a las Tres Tabernas. Cuando Pablo los vio, agradeció a Dios y se animó.
16. Cuando llegamos a Roma, dejaron que Pablo viviera aparte, custodiado por un soldado.
17. Tres días después, Pablo mandó llamar a algunos de los líderes judíos de la localidad y les dijo: —Hermanos, no he hecho nada en contra de nuestro pueblo ni en contra de las costumbres de nuestros antepasados. Sin embargo, fui detenido en Jerusalén y me entregaron a los romanos.
18. Los romanos me hicieron muchas preguntas, pero no pudieron encontrar ninguna razón para matarme, entonces querían dejarme en libertad.
19. Pero los judíos no querían que me soltaran, así que tuve que apelar al emperador, pero no porque tenga nada de qué acusar a mi pueblo.