Génesis 39:8-15 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

8. Pero José se rehusó y le dijo a la esposa de su amo: —Mire, conmigo mi señor no tiene nada de qué preocuparse en la casa. Me dio todas sus posesiones para que yo las cuidara.

9. No hay nadie en esta casa que se iguale a mí. Lo único que él me ha negado es a usted, porque es su esposa. ¿Cómo puedo yo hacerle a él algo tan malo y cometer un pecado ante Dios?

10. A pesar de que ella hablaba con él día tras día, no lo convenció de que se acostara con ella.

11. Un día, cuando José regresó de trabajar a la casa, no había ningún otro esclavo adentro.

12. Entonces ella lo agarró de su ropa y le dijo: —¡Acuéstate conmigo! Pero él dejó su ropa en las manos de ella y salió huyendo.

13. Cuando ella vio que él había dejado la ropa en sus manos y salido huyendo,

14. llamó a los siervos de su casa y les dijo: —Miren, mi esposo trajo a este hebreo para que nos insultara. Él vino a donde yo estaba para tratar de tener relaciones sexuales conmigo, pero yo grité fuerte.

15. Cuando oyó que yo había gritado, dejó su ropa al lado mío y salió corriendo.

Génesis 39