8. Luego el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo: —Oren para que el SEÑOR saque esas ranas de aquí. Sólo así voy a dejar que el pueblo vaya a ofrecerle sacrificios al SEÑOR.
9. Moisés le dijo al faraón: —Tú decides cuándo quieres que ore por ti, por tus servidores y por tu pueblo para que así se vayan las ranas de sus casas y sólo permanezcan metidas en el Nilo.
10. —Mañana —dijo él. Luego Moisés dijo: —Que se haga como tú dices, así te darás cuenta de que no hay ningún otro como el SEÑOR, nuestro Dios.