15. Ve a encontrarte con el faraón por la mañana cuando baje al río y espéralo en la orilla. Lleva contigo el bastón que se transformó en serpiente.
16. Entonces le dirás: “El SEÑOR, el Dios de los hebreos me envió a decirte: ‘Libera a mi pueblo para que pueda ir a adorarme al desierto’, pero tú no me has puesto atención.
17. Esto dice el SEÑOR: ‘Ahora te vas a dar cuenta de que yo soy el SEÑOR’. Con el bastón que tengo en mi mano voy a tocar el agua del Nilo y se convertirá en sangre.
18. Los peces que están en el río morirán, el río va a apestar y los egipcios no van a poder tomar agua de ahí”.
19. El SEÑOR le dijo a Moisés: —Dile a Aarón: “Toma tu bastón y extiende tu brazo sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sus canales, sus lagunas y sobre los depósitos de agua para que se conviertan en sangre. Habrá sangre en todo Egipto, incluso en los tanques de madera y de piedra”.
20. Entonces Moisés y Aarón hicieron lo que el SEÑOR les ordenó. Aarón levantó su bastón y tocó el agua del Nilo en presencia del faraón y sus funcionarios. Toda el agua del Nilo se convirtió en sangre
21. y todos los peces del Nilo se murieron. El Nilo apestaba y ningún egipcio podía tomar agua de ahí. Había sangre por todo Egipto.
22. Pero los magos egipcios hicieron uso de sus hechizos y lograron hacer lo mismo. Por eso el faraón siguió terco y no les hizo caso a Moisés y Aarón, tal como el SEÑOR había dicho.
23. El faraón regresó a su casa e ignoró lo que acababa de ver.
24. Todos los egipcios cavaron pozos alrededor del Nilo para sacar agua para beber ya que no podían sacar agua del río.