40. Aun así, levanto mi mano al cielo y digo: Así como es seguro que vivo por siempre,
41. afilaré mi reluciente espada y llevaré a cabo la justicia. Castigaré a mis enemigos y me vengaré de todos los que me desprecian.
42. Cubriré mis flechas con su sangre y mi espada destruirá su carne; sangre de aquellos asesinados y capturados, de las cabezas de los líderes enemigos”.