4. Vi que el carnero atacaba con sus cuernos hacia el occidente, hacia el norte y hacia el sur. Ningún animal podía enfrentársele y nada ni nadie podía ayudar a los otros animales. El carnero seguía haciendo lo que quería y cada vez era más poderoso.
5. Mientras miraba al carnero, vi que un chivo apareció desde el occidente. El chivo andaba por toda la tierra sin tocar el suelo. Además, el chivo tenía un cuerno muy vistoso en medio de los ojos.
6. El carnero de los cuernos largos seguía a la orilla del río, y el chivo salió corriendo furioso hacia el carnero.
7. Vi que el chivo golpeó al carnero y le rompió los dos cuernos. El carnero quedó tendido en el suelo y el chivo lo pisoteó y lo dejó sin fuerza. Nada ni nadie pudo salvar al carnero.
8. El chivo se hacía cada vez más fuerte, y cuando tenía más poder se le partió el cuerno. Enseguida, le salieron cuatro cuernos en lugar del que tenía. Los cuatro cuernos nuevos eran muy vistosos y apuntaban en cuatro direcciones diferentes.
9. De uno de esos cuernos le salió un cuerno más pequeño que apuntaba hacia el sur y el oriente. Ese cuerno apuntaba hacia nuestra hermosa tierra.
10. Ese pequeño cuerno creció tanto que llegó hasta el cielo; allí derribó a algunas estrellas, las tumbó al suelo y las pisoteó.
11. El sol era la mayor estrella, pero el cuerno siguió creciendo y se volvió más grande que el sol. Lo derrotó y destruyó su templo.
12. El cuerno hizo maldades, no permitió que se ofrecieran los sacrificios diarios y puso a la verdad por el suelo. En fin, siguió haciendo de las suyas y le iba bien en todo.
13. Después escuché que uno de los santos estaba hablando y otro le preguntó: «¿Cuánto tiempo más va a durar lo que está pasando con los sacrificios diarios? ¿Cuándo van a terminar estas terribles ofensas y pisoteos contra el santuario y las estrellas sagradas?»
14. El santo respondió: «Esto sucederá durante dos mil trescientos días. Después, el santuario será purificado».
15. Yo, Daniel, tuve esa visión y trataba de entenderla. Mientras pensaba, se apareció frente a mí uno que parecía un hombre.
16. Luego, escuché una voz que venía del río y decía: «Gabriel, explícale a este hombre lo que ha visto».
17. Entonces se me acercó, y yo, muy asustado, caí al suelo. Sin embargo, él me dijo: «Hombre, entiende que esta visión muestra cosas del futuro».
18. Cuando él me habló, me desmayé y él me levantó y me puso en pie.
19. Entonces dijo: «Ahora te voy a explicar lo que has visto. Te diré lo que va a pasar al final del tiempo de ira, en el tiempo establecido para el fin.