Enseguida, el rey ordenó a gritos que le trajeran a todos los adivinos, magos y caldeos. Y les dijo a todos esos sabios de Babilonia: —Le daré un cargo muy importante en mi reino a quien pueda leer y explicarme esa escritura. Esa persona recibirá vestidos púrpura, un collar de oro y será el tercer hombre más importante en el reino.