5. Los pecados de esa ciudad han llegado hasta el cielo. Dios no ha olvidado todo lo malo que ella hizo.
6. Trátenla como ella trató a los demás, y páguenle con el doble de lo que hizo. Prepárenle un vino dos veces más fuerte que el que ella preparó para los demás.
7. Denle tanto tormento y sufrimiento como la gloria y el lujo que ella se dio a sí misma. Pues se la pasa diciéndose: “Soy una reina sentada en su trono. No soy una viuda y nunca estaré de luto”.
8. Así que tan sólo en un día le caerán todas las plagas: enfermedades, luto y hambre. Ella será destruida con fuego porque el Señor Dios que la juzgó es fuerte».
9. Los reyes de la tierra que cometieron pecado sexual con ella y que compartieron sus lujos, llorarán y se lamentarán cuando vean el humo de su cuerpo quemado.
10. Se quedarán lejos de ella por miedo a recibir su mismo sufrimiento, y le dirán: «¡Qué terrible, muy terrible para ti, gran ciudad. Poderosa ciudad de Babilonia, tu castigo llegó tan solo en una hora!»