7. Después Eliseo se fue a Damasco. Ben Adad, rey de Siria, estaba enfermo y se le informó que había llegado el hombre de Dios.
8. Entonces el rey Ben Adad le dijo a Jazael: —Lleva un regalo y ve al encuentro del hombre de Dios. Pídele que le pregunte al SEÑOR si me voy a recuperar de esta enfermedad o no.
9. Entonces Jazael salió al encuentro de Eliseo llevándole un regalo de todo lo bueno que hay en Damasco. Se necesitaron cuarenta camellos para cargar todo. Al acercarse a Eliseo, Jazael le dijo: —Tu seguidor, Ben Adad, rey de Siria, me mandó preguntarte si se va a recuperar de su enfermedad.
10. Entones Eliseo le dijo a Jazael: —Anda y dile a Ben Adad que se va a recuperar, pero la verdad es que el SEÑOR me dijo que de todos modos va a morir.
11. Eliseo miró fijamente a Jazael hasta que le dio vergüenza a Jazael. El hombre de Dios comenzó a llorar.
12. Jazael le preguntó: —Señor, ¿por qué lloras? Eliseo le contestó: —Lloro porque yo sé el mal que le vas a hacer a los israelitas. Incendiarás sus ciudades fortificadas. Matarás a filo de espada a sus jóvenes y a sus bebés y abrirás los vientres de las mujeres embarazadas.