14. Así que los hombres tomaron dos carros con caballos. El rey mandó a los hombres tras el ejército de los sirios, diciéndoles: —Vayan a ver qué fue lo que pasó.
15. Los hombres buscaron el ejército sirio hasta el río Jordán. Por todo el camino había ropa y armas abandonadas. Los sirios habían tirado todo mientras se apuraban por el camino. Los mensajeros regresaron a Samaria y le informaron al rey.
16. Entonces la gente salió al campamento de los sirios. El resultado fue que tres kilos de harina fina se vendían por una sola moneda de plata y seis kilos de cebada se vendían por una sola moneda de plata también, tal como el SEÑOR había dicho.
17. El rey mandó a uno de sus oficiales ayudantes a la puerta de la ciudad, pero la gente lo pisoteó y murió. Todo ocurrió tal como el hombre de Dios había dicho cuando el rey había ido a la casa de Eliseo.
18. Eliseo había dicho: «Se podrán comprar seis kilos de harina fina por tan solo una moneda de plata y seis kilos de cebada se podrán comprar también por el mismo precio en el mercado que está en la puerta de Samaria».
19. Pero ese oficial le había dicho al hombre de Dios: «Eso no ocurriría ni aunque el SEÑOR abriera las ventanas del cielo». Y Eliseo le dijo al oficial: «Lo verás con tus propios ojos, pero no podrás comer nada».
20. Y eso le sucedió, pues murió cuando el pueblo lo pisoteó en la puerta de la ciudad.