2 Reyes 5:8-15 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

8. Eliseo, el hombre de Dios, escuchó que el rey de Israel había roto su vestido, así que le mandó este mensaje: «¿Por qué rompiste tu vestido? Que Naamán venga a mí y entonces sabrá que hay profeta en Israel».

9. Entonces Naamán fue con sus caballos y carruajes a donde vivía Eliseo y se quedó esperando fuera de la casa.

10. Eliseo le mandó un mensajero que le dijo: «Anda y lávate en el río Jordán siete veces y se te sanará la piel; quedarás puro y limpio».

11. Naamán se enojó y se fue, diciendo: —Pensé que Eliseo saldría y se pararía delante de mí, pediría en el nombre del SEÑOR su Dios y luego pasaría la mano sobre mi cuerpo para sanar la lepra.

12. Los ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar son mejores que toda el agua de Israel, ¿por qué no me puedo bañar en aquellos ríos de Damasco y limpiarme ahí? Naamán se enojó mucho y dio media vuelta para irse.

13. Pero los siervos de Naamán fueron y le dijeron: —Señor, si el profeta le hubiera dicho que hiciera algo muy difícil lo habría hecho, ¿no es cierto? Con más razón ahora que sólo le dijo: “Lávate y quedarás puro y limpio”.

14. Así que Naamán hizo lo que el hombre de Dios había dicho. Bajó y se lavó en el Jordán siete veces, ¡y quedó puro y limpio! Su piel se volvió tan suave como la de un bebé.

15. Naamán y su gente volvieron para ver al hombre de Dios. Se detuvo ante Eliseo y le dijo: —Mira, ahora sé que no hay ningún otro Dios en el mundo, excepto en Israel. Acepta un regalo de mi parte, por favor.

2 Reyes 5