2 Reyes 22:8-16 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

8. El sumo sacerdote Jilquías le dijo al cronista Safán: «Encontré el libro de la ley en el templo del SEÑOR». Se lo entregó, Safán lo leyó

9. y se fue a ver al rey Josías para informarle lo siguiente: —Tus siervos juntaron todo el dinero que estaba en el templo y se lo entregaron a los que hacen el trabajo en el templo del SEÑOR.

10. Entonces Safán le contó al rey en cuanto al libro: —Y el sacerdote Jilquías también encontró este libro. Safán le entregó el libro y se lo leyó al rey.

11. Cuando el rey escuchó las palabras del libro de la ley, se rasgó la ropa.

12. Entonces les dio esta orden a al sacerdote Jilquías, a Ajicán hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, a Safán el cronista y a Asaías funcionario del rey:

13. «Vayan y consulten al SEÑOR por mí, por el pueblo y por todo Judá acerca de las palabras de este libro que encontramos. El SEÑOR debe estar muy enojado con nosotros porque nuestros antepasados no le prestaron atención a las palabras de este libro ni obedecieron todo lo que se ordena en él».

14. Así que el sacerdote Jilquías, Ajicán, Acbor, Safán y Asaías fueron a la profetisa Huldá, que era la esposa de Salún, el encargado del guardarropa del templo, hijo de Ticvá y nieto de Jarjás. Huldá vivía en el barrio nuevo de Jerusalén, así que fueron hasta allá y hablaron con ella.

15. Entonces Huldá les dijo: —El SEÑOR, Dios de Israel, manda decir al que los ha enviado:

16. “Así dice el SEÑOR: Yo voy a enviar contra este lugar y sus habitantes los castigos que está escrito en el libro que leyó el rey de Judá.

2 Reyes 22