12. En aquel tiempo Merodac Baladán hijo de Baladán era rey de Babilonia. Como se enteró que Ezequías había estado enfermo, mandó cartas y un regalo a Ezequías.
13. Ezequías recibió a los enviados de Babilonia y les mostró todos los tesoros de su palacio. Les mostró la plata, el oro, las especias, los costosos perfumes, las armas y todo lo que había en la tesorería real. No hubo nada que no les mostrara en su palacio y en todo el reino.
14. Entonces el profeta Isaías se le acercó a Ezequías y le preguntó: —¿Qué te dijeron esos hombres? ¿Qué querían y de dónde venían? Ezequías le contestó: —Vinieron de Babilonia, un país muy lejano.
15. Isaías le dijo: —¿Qué vieron ellos del palacio? Ezequías le dijo: —Ellos vieron todo lo que hay en el palacio y en los depósitos. No dejé nada sin mostrarles.
16. Entonces Isaías le dijo a Ezequías: —Oye el mensaje del SEÑOR:
17. “Llegará el día en que se llevarán a Babilonia todo lo que hay en tu palacio y todo lo que tus antepasados guardaron hasta el día de hoy. No dejarán nada, dice el SEÑOR.
18. Se llevarán incluso hasta a algunos de tus descendientes los castrarán y los pondrán de funcionarios en el palacio del rey de Babilonia”.
19. Entonces Ezequías le dijo a Isaías: —Este mensaje del SEÑOR es bueno. Es que se decía: «Al menos mientras yo viva habrá paz y seguridad».
20. El resto del los hechos de Ezequías, incluso cómo construyó el estanque y el acueducto para llevar agua a la ciudad, están escritas en Las crónicas de los reyes de Judá.
21. Ezequías murió y fue sepultado junto a sus antepasados. Su hijo Manasés reinó en su lugar.