1. Yo, Pablo, les ruego que me escuchen, ya que Cristo mismo es paciente y bondadoso. Algunos dicen que soy tímido cuando estoy con ustedes, pero muy valiente cuando estoy lejos.
2. Cuando vaya a visitarlos, no me obliguen a ser duro con ustedes como espero serlo con los que piensan que nosotros vivimos como la gente del mundo.
3. Es cierto que vivimos en este mundo, pero no luchamos como los seres humanos que viven en él.
4. Las armas con las que luchamos no son de este mundo, sino que tienen el poder de Dios para destruir las fortalezas del enemigo. Con nuestras armas, también destruimos los argumentos de los que están en contra nuestra
5. y acabamos con el orgullo que no le permite a la gente conocer a Dios. Así podemos capturar todos los pensamientos y hacer que obedezcan a Cristo.