15. Como estaba confiado en esto, decidí venir a visitarlos primero para que pudieran recibir la bendición de dos visitas mías.
16. Mi plan era pasar a visitarlos cuando fuera camino a Macedonia y visitarlos de nuevo en mi viaje de regreso. Pensaba que ustedes podrían ayudarme con mi viaje a Judea.
17. Espero que no piensen que hice estos planes a la ligera, o que me gusta ser como la gente de este mundo que en un momento dice «sí» y al instante dice «no».
18. Así como Dios es digno de confianza, pueden también confiar en que lo que les decimos nosotros nunca es «sí» y «no» al mismo tiempo.
19. Jesucristo, el Hijo de Dios, de quien les hemos hablado Silas, Timoteo y yo, no era «sí» y «no» a la vez. Por el contrario, Cristo siempre ha sido el «sí».
20. No importa cuántas promesas haya hecho Dios, Cristo siempre ha sido el «sí» de todas ellas. Por eso, por medio de Jesucristo, cuando alabamos a Dios decimos: «Así sea».
21. Dios nos da la garantía de que ustedes y nosotros pertenecemos a Jesucristo y nos ha consagrado.
22. Nos ha puesto una marca que muestra que le pertenecemos: el Espíritu en nuestros corazones como un adelanto que garantiza que nos dará todo lo que nos ha prometido.