10. Los filisteos hicieron lo que dijeron los sacerdotes y los magos. Encontraron dos vacas que acababan de tener cría. Ataron las vacas a la carreta y pusieron a los becerros en el establo.
11. Luego pusieron el cofre del SEÑOR en la carreta junto con la bolsa de las figuras de los tumores y ratones.
12. Las vacas se fueron mugiendo por el camino, directamente a Bet Semes, sin desviarse para nada. Los gobernantes de los filisteos siguieron a las vacas hasta los límites de la ciudad de Bet Semes.
13. El pueblo de Bet Semes cosechaba trigo en el valle cuando levantaron la vista y vieron el cofre. Se alegraron de ver el cofre de nuevo y corrieron a recibirlo.
14. La carreta llegó hasta la parcela que pertenecía a Josué de Bet Semes y se detuvo junto a una gran piedra. Entonces el pueblo de Bet Semes volvió leña la carreta y ofreció las vacas ese día como sacrificio que debe quemarse completamente al SEÑOR.
15. Algunos levitas habían descargado de la carreta, el cofre del SEÑOR y la bolsa que contenía las figuras de oro, y pusieron todo en la gran piedra. Ese día los hombres de Bet Semes ofrecieron al SEÑOR sacrificios que se queman completamente y otros sacrificios.
16. Los cinco gobernantes filisteos vieron al pueblo de Bet Semes hacer todo esto y luego regresaron a Ecrón ese mismo día.
17. Así, los filisteos enviaron al SEÑOR las figuras de tumores como ofrendas por sus pecados. Enviaron una figura de oro por cada pueblo filisteo: Asdod, Gaza, Ascalón, Gat y Ecrón.
18. También enviaron figuras de oro con forma de ratones. La cantidad de estos ratones de oro era la misma que los pueblos que pertenecían a los cinco gobernantes filisteos. Cada pueblo tenía murallas y aldeas alrededor. La gente de Bet Semes puso el cofre del SEÑOR sobre la piedra, la cual todavía se encuentra en la parcela de Josué de Bet Semes.