16. Desde Guibeá de Benjamín, los guardias de Saúl veían a los filisteos corriendo por todos lados.
17. Saúl le dijo a su ejército: «Pasen lista a ver quién falta». Pasaron lista y faltaban Jonatán y su ayudante.
18. Saúl le dijo a Ahías que trajera el efod. En ese tiempo Ahías llevaba puesto el efod.
19. Pero mientras Saúl le hablaba esperando una respuesta del Señor, aumentaron el ruido y la confusión en el campamento. Al final, Saúl le dijo a Ahías: «¡Ya basta, quita la mano del efod! Ya no hay tiempo para consultar al Señor».
20. Saúl reunió a su ejército y se dio al combate. Los filisteos estaban tan confundidos que peleaban entre sí a espada.
21. Los hebreos que antes se habían unido a los filisteos ahora se unían a los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán.
22. Los israelitas que se escondían en la sierra de Efraín oyeron que los filisteos estaban escapando, así que ellos también se unieron a la batalla y empezaron a perseguir a los filisteos.
23. Así, salvó el SEÑOR a los israelitas aquel día. La batalla se extendió más allá de Bet Avén. Todo el ejército estaba con Saúl, quien ahora tenía alrededor de diez mil soldados. La batalla se extendió hasta cada ciudad de la sierra de Efraín.
24. Pero aquel día Saúl cometió un grave error porque forzó al pueblo a hacer la siguiente promesa: «¡El que coma antes de que anochezca y antes de que derrote a mis enemigos, será castigado!» Así que ningún soldado israelita probó bocado.
25. Al llegar el ejército al bosque notaron que había miel en el suelo.
26. Cuando la gente entró al bosque, vieron que corría la miel pero no la probaron porque temían romper la promesa.
27. En cuanto a Jonatán, él no sabía nada de la promesa. No había oído cuando su papá forzó al pueblo a hacer dicha promesa. Así que tomó un poco de miel con la punta de una vara que traía en la mano y en cuanto la probó se sintió mejor.