23. El que rechaza al Hijo, no tiene al Padre; pero el que acepta al Hijo, también tiene al Padre.
24. Asegúrense de mantenerse en la enseñanza que se les dio desde el principio, y de esa manera permanecerán en el Hijo y en el Padre.
25. El Hijo nos ha prometido la vida eterna.
26. Esto que les escribo tiene que ver con aquellos que los engañan.
27. En cuanto a ustedes, tienen el Espíritu como un don que recibieron de Cristo. Ese don vive en ustedes y por eso no necesitan que nadie les enseñe. Ese don les enseña todo porque es verdad y no mentira. Ustedes permanezcan en Cristo, así como ese don les enseñó.