6. Le pregunté:— ¿A dónde te diriges?Me respondió:— A medir Jerusalén para saber cuál será su anchura y su longitud.
7. Se marchaba ya el ángel que estaba hablando conmigo, cuando otro ángel le salió al encuentro
8. y le dijo:— Anda y di a ese joven: “Jerusalén será una ciudad abierta, habitada por una multitud de personas y animales.
9. Y yo seré para ella —oráculo del Señor— una muralla de fuego alrededor y un motivo de gloria en medio de ella”.
10. ¡Ea, vamos!Escapen del país del norte—oráculo del Señor—.Yo los dispersé —dice el Señor—por los cuatro puntos cardinales;
11. pues bien, ¡arriba, Sión!,trata de ponerte a salvo,tú que habitas en Babilonia.