20. Pues si a los enemigos de tu pueblo, que merecían la muerte,los castigaste con tanta indulgencia y consideración,dándoles tiempo y lugar para que dejaran su maldad,
21. ¡con cuánta mayor delicadeza juzgarás a tus hijos,a cuyos antepasados hiciste juramentos y alianzas,y prometiste otorgarles espléndidos bienes!
22. Así pues, cuando castigas con moderacióna nuestros enemigos, nos estás educando a nosotrospara que, al juzgar a los demás, recordemos tu bondady, al ser nosotros juzgados, confiemos en tu misericordia.
23. No obstante, a los de vida insensata y malvadalos atormentaste con sus propios ídolos abominables.