Jeremías 1:37-49 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

37. No se compadecen de la viuda ni van en ayuda del huérfano.

38. Esos dioses de madera, forrados de oro y plata, se parecen a las piedras de las montañas. ¡Sus servidores quedarán avergonzados!

39. ¿Cómo se puede pensar o decir que se trata de dioses?

40. Hasta los mismos caldeos los desacreditan, pues cuando ven a un mudo incapaz de hablar, se lo presentan a Bel y le piden que le devuelva el habla, como si Bel pudiera oírlos.

41. ¡Pero ellos, faltos de sentido e incapaces de reflexionar, no abandonan a esos dioses!

42. En cuanto a las mujeres, se ciñen la cintura con cuerdas* y se sientan a la vera de los caminos, para quemar salvado.

43. Y cuando alguna de ellas es solicitada por algún transeúnte para que se acueste con él, se burla de su vecina, que ni fue escogida como ella ni le desataron la cuerda.

44. Todo lo que se relaciona con esos dioses es mentira: ¿cómo, pues, se puede pensar o decir que son dioses?

45. Fabricados por artesanos y orfebres, no son nada distinto de lo que estos quieren que sean.

46. Y si quienes los fabrican no han de vivir mucho tiempo, ¿cómo pueden ser dioses las cosas que ellos hacen con sus manos?

47. Así pues, lo que ellos dejan a sus descendientes es tan sólo mentira y oprobio.

48. Cuando sobreviene una guerra o algún otro desastre, los sacerdotes entran en consulta para decidir dónde ocultarse junto con sus dioses.

49. Y a pesar de todo no entienden que no pueden ser dioses los que ni siquiera son capaces de salvarse a sí mismos de la guerra y de los desastres.

Jeremías 1