1. Padre, Señor y Dueño de mi vida,no me abandones a merced de mis palabrasni permitas que me hagan caer.
2. ¡Quién aplicará un correctivo a lo que piensoy una sabia instrucción a mi persona,para que no queden impunes mis devaneosni se pasen por alto mis errores!
3. Así no aumentarán mis ignoranciasni se multiplicarán mis pecados;no quedaré a merced de mis enemigosni mi adversario se burlará de mí.
4. Padre, Señor y Dios de mi vida,no me dejes mirar a los demás con arrogancia
5. y aparta de mí toda pasión desordenada.
6. Que no me dominen la gula y la lujuriani permitas que lleve una vida libertina.
7. Escuchen, hijos, esta instrucción sobre el hablar;quien la tenga en cuenta, no será atrapado.
8. El pecador se enreda en sus propias palabras,el que injuria y el soberbio tropezarán en ellas.
9. No acostumbres tu boca al juramentoni te habitúes a pronunciar el nombre del Señor.