20. El que preside merece el honor de los hermanosy el Señor mira con buenos ojos a quienes lo honran.
22. Huésped o extranjero, inmigrante o necesitado,su timbre de gloria será honrar al Señor.
23. No está bien despreciar al sensato, aunque sea pobre,ni se debe rendir homenaje al pecador.
24. Notables, gobernantes y poderosos pueden recibir homenaje,pero ninguno más grande que quien honra al Señor.