12. El Señor nos dé fuerzas e ilumine nuestros ojos, a fin de que, viviendo bajo la sombra protectora de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y bajo la sombra de su hijo Baltasar, podamos servirlos por mucho tiempo y no dejemos de gozar de su favor.
13. Rueguen también por nosotros al Señor Dios nuestro, porque hemos pecado contra el Señor, Dios nuestro, y él no ha apartado de nosotros su ira e indignación hasta el día de hoy.
14. Lean en el Templo del Señor este libro que les enviamos. Léanlo en días de fiesta y en otras ocasiones oportunas”.
15. Dirán: “Al Señor Dios nuestro pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, la vergüenza que hoy cubre el rostro de todo habitante de Judá y de Jerusalén,
16. de nuestros reyes y gobernantes, de nuestros sacerdotes y profetas, y aun de nuestros antepasados.
17. Porque hemos pecado contra el Señor: