18. La guarnición de la ciudadela no dejaba a los israelitas salir del entorno del Templo, causándoles todo el daño posible y favoreciendo a los paganos.
19. Por eso, Judas, decidido a acabar con ellos, convocó a todo el pueblo para sitiarlos.
20. El año ciento cincuenta se reunieron y les pusieron cerco, montando plataformas de tiro y máquinas de guerra.
21. Pero algunos de los sitiados se escaparon rompiendo el cerco, y a ellos se les unieron ciertos renegados de Israel
22. que fueron a decirle al rey:— ¿Hasta cuándo habremos de esperar que nos hagas justicia y vengues a nuestros hermanos?
23. Nosotros hemos servido con todo agrado a tu padre, cumplimos sus órdenes y obedecimos sus decretos;
24. pero ahora nuestros compatriotas han cercado la ciudadela y nos tratan como a extraños, matan a cualquiera de los nuestros que cae en sus manos y se han apoderado de todos nuestros bienes.
25. Sin embargo, no sólo han levantado la mano contra nosotros, sino también contra los que viven en tus territorios.
26. En este mismo día están atacando la ciudadela de Jerusalén con intención de conquistarla; además han fortificado el Templo y la ciudad de Betsur.
27. Si no te adelantas a ellos rápidamente, harán cosas peores que estas y no podrás detenerlos.
28. Al oír esto, el rey montó en cólera y llamó a todos sus amigos, y a los jefes de su ejército y de la caballería.
29. Llegaron también tropas mercenarias procedentes de otros reinos y de las islas del mar;
30. de este modo su ejército alcanzó la cifra de cien mil soldados de infantería y veinte mil de caballería, además de treinta y dos elefantes adiestrados para la guerra.
31. Atravesaron* Idumea y acamparon frente a Betsur, a la que atacaron durante muchos días con máquinas de guerra; pero los sitiados, luchando con gran denuedo, salieron y las incendiaron.
32. Judas levantó el cerco de la ciudadela y fue a acampar en Betzacaría, frente al campamento del rey.
33. Al día siguiente se levantó el rey muy temprano y ordenó que el ejército tomara rápidamente el camino de Betzacaría. Las tropas se prepararon para la batalla, y sonaron las trompetas.
34. Dieron a beber a los elefantes zumo de uvas y moras, para excitarlos a combatir,
35. y los distribuyeron entre los batallones, poniendo en torno a cada elefante mil hombres protegidos con cotas de malla y con cascos de bronce en la cabeza, además de quinientos jinetes escogidos.
36. Estos, colocados previamente cerca del elefante, estaban atentos a seguir sus movimientos, sin apartarse del animal.
37. Cada elefante llevaba encima, sujeta con cinchas y cubierta con un techo, una fuerte torre defensiva, construida de madera. En cada torre iban cuatro soldados, además del que dirigía al animal.