34. El ejército de Timoteo, al enterarse de que se trataba del Macabeo, emprendió la huida; y Judas les causó ese día una terrible derrota dando muerte a unos ocho mil soldados.
35. Después Judas se volvió contra Alemá, la atacó y se apoderó de ella: mató a todos los varones y saqueó e incendió la ciudad.
36. De allí se dirigió a Galaad, ocupando Casfó, Maqued, Bosor y las demás ciudades de la región.
37. Timoteo, pasados estos hechos, organizó un nuevo ejército que acampó frente a Rafón, al otro lado del torrente.
38. Judas envió gente a explorar el campamento; le trajeron este informe:— Todas las naciones vecinas se han unido a Timoteo, formando así un enorme ejército.
39. También hay entre ellos mercenarios árabes, venidos para prestarles ayuda; han acampado al otro lado del torrente y están preparados para atacarte.Entonces Judas salió a su encuentro
40. y, en tanto él se acercaba con sus tropas al torrente, Timoteo habló así a los jefes de su ejército:— Si Judas cruza el torrente antes que nosotros, no podremos resistirlo y seguramente nos vencerá;
41. pero si se atemoriza y queda acampado al otro lado del río, nosotros lo atacaremos y lo venceremos.
42. Cuando Judas llegó al torrente, situó en su orilla a los oficiales del ejército y les dio la orden de no permitir que nadie acampara allí, sino que todos entraran en combate.
43. Judas fue el primero en cruzar el río en busca del enemigo, y toda su gente lo siguió. Todos aquellos paganos fueron derrotados y, abandonando sus armas, huyeron a refugiarse en el templo de Carnáin;
44. pero los israelitas tomaron la ciudad e incendiaron el templo con todos los que estaban dentro. La ciudad fue, pues, conquistada y, desde entonces, nadie pudo hacer frente a Judas.
45. Judas reunió a todos los israelitas que había en Galaad para llevarlos a territorio de Judá, desde el más pequeño hasta el más grande, con sus mujeres, sus niños y sus bienes. Era una inmensa multitud.
46. Llegaron a Efrón, ciudad grande y muy fortificada, situada en pleno camino; y como no podían desviarse a derecha ni a izquierda, se vieron obligados a atravesarla.
47. Pero los habitantes de la ciudad les cerraron las puertas y las tapiaron con piedras.
48. Judas les envió entonces un mensaje, en son de paz, diciéndoles: “Déjennos atravesar su tierra para ir a nuestro país. Nadie va a hacerles ningún daño: tan sólo queremos pasar”. Pero ellos se negaron a abrirles las puertas.